El método en el trabajo social individualizado se centra en la atención a un solo sujeto, buscando comprender su situación particular y ofrecer soluciones adaptadas a sus necesidades. Este proceso incluye fases de investigación, diagnóstico e intervención, donde técnicas como la entrevista, la observación y la visita domiciliaria son fundamentales.
Mary Richmond, pionera en este campo, destacó
la importancia de desarrollar la personalidad del individuo y reajustarlo a su
medio social, integrando aportes de diversas disciplinas como la psicología y
la sociología.
La ética profesional, que enfatiza el respeto por la confidencialidad y la autodeterminación del sujeto, es crucial. Además, el enfoque ecológico permite considerar la interrelación entre el individuo y su entorno, asegurando una intervención más completa y efectiva. Cada caso es único, lo que requiere que el método se adapte a las características del sujeto, fomentando su colaboración y el trabajo interdisciplinario para lograr cambios positivos y sostenibles.
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